Ya sea por reducir las emisiones contaminantes de nuestros vehículos como para hacer un favor a nuestra economía, realizar un estilo de conducción eficiente nos beneficia a todos.

Una conducción más eficiente puede ayudarnos a reducir las emisiones de CO2 hasta un 15%, además de un ahorro en el consumo de combustible similar.

Además de nuestro estilo de conducción el propio vehículo y su estado también influirán notablemente en la eficiencia en el consumo del mismo.

Por ejemplo, los vehículos con un diseño más aerodinámico reducirán el consumo con respecto a aquellos que ofrezcan una mayor resistencia.

Por ese mismo motivo, circular con las ventanillas abiertas o con cargas en el vehículo, también ofrecerán una mayor resistencia al movimiento incrementando hasta un 5% y un 40% respectivamente.

Unos neumáticos con las presiones muy bajas o un vehículo con algún problema mecánico también afectarán al consumo de combustible.

En referencia a nuestro estilo de conducción os dejamos a continuación unos consejos para reducir el consumo de combustible:

• Rodar siempre en la marcha más alta que sea posible.
• No dar acelerones de manera brusca cuando no sea necesario y mantener una velocidad constante.
• Usar la primera solo para el momento de arranque
• No hacer cambios de marcha bruscos, es preferible acelerar de manera progresiva.
• En las pendientes es conveniente dejar rodar por inercia a la bajada y retrasar la reducción de marchas en las subidas.
• Moderar la velocidad y anticiparse a los cambios. Esto nos permitirá no solo reducir el consumo sino también circular de manera más segura.

En resumen, circular en marchas altas, sin cambios bruscos y con un vehículo en estado óptimo, son las claves para reducir el consumo de combustible y la contaminación.